¿Conoces el origen de la lotería nacional mexicana? Aquí te lo contamos


El origen de la lotería nacional mexicana se remonta a 1770, siendo la más antigua de América. Su creación se debió a un decreto real de Carlos III (monarca de España) el 19 de septiembre de 1770, cuando México era una colonia española conocida como la Nueva España y estaba bajo el gobierno del marqués de Croix.

En octubre del mismo año, se pusieron a la venta los primeros billetes de la lotería en México, y con algunas modificaciones menores, la Real Lotería de la Nueva España continuó operando hasta 1821. Ese año marcó la independencia de México de la dominación española y, debido a desafíos políticos significativos, la lotería se suspendió.

Años más tarde, se reorganizó bajo el nombre de Lotería de la Academia Nacional de San Carlos y funcionó bajo ese nombre hasta 1882. Fue en ese año cuando el General Manuel González, quien era el presidente de México en ese momento, cambió su nombre a Lotería Nacional de México.

origen de la Lotería Nacional Mexicana Croix

La Lotería Nacional de México mantuvo este nombre y siguió en funcionamiento hasta 1915, cuando el presidente Venustiano Carranza ordenó su cierre. Sin embargo, la lotería resurgió en 1920 gracias a un decreto presidencial emitido el 7 de agosto de ese año, bajo el mandato del presidente Adolfo de la Huerta. Desde esa fecha, ha estado operativa de forma ininterrumpida.

Entre 1920 y 1946, la Lotería Nacional de México repartió un total de 790 000 pesos mexicanos en premios a sus clientes en todo el continente americano, contribuyendo así a la creación de más de 30 000 nuevas fortunas.

El origen de la lotería nacional mexicana: la independencia

En el transcurso de la Guerra de Independencia, el virrey Félix María Calleja introdujo dos loterías obligatorias: una destinada a la capital y otra al resto del virreinato. Esta iniciativa tenía como principal objetivo recaudar fondos para hacer frente a la insurgencia y, como parte de este proceso, los empleados públicos se vieron obligados a adquirir billetes de lotería.

Después de la consolidación de la independencia de México, el breve reinado del emperador Agustín de Iturbide marcó un cambio en el nombre de esta institución, pasando a llamarse “Dirección General de Renta de Lotería del Imperio de México.”

En el año 1842, se promulgó un decreto que asignó los ingresos de la Lotería a la Academia de Bellas Artes de San Carlos, pasando a ser conocida como la “Lotería de San Carlos”. Estos fondos se utilizaron para adquirir obras de arte significativas, otorgar becas a estudiantes para estudiar en Europa y contratar a maestros destacados. Entre estos maestros figuraban Pelegrín Clavé en pintura, Manuel Vilar en escultura, Eugenio Landesio en paisaje y Javier Cavallari en arquitectura. Este último no solo enseñaba los principios de las órdenes clásicas de arquitectura, sino también conocimientos fundamentales para la construcción de puentes, carreteras y vías férreas.

El éxito económico de esta lotería permitió contribuir al alivio de otras necesidades apremiantes. La población se encontraba en una época marcada por invasiones extranjeras y conflictos civiles que mantenían al país en una situación de pobreza crónica. La colaboración de la lotería desempeñó un papel crucial en este esfuerzo.

El origen de la lotería nacional mexicana: la reforma

En la época del presidente Benito Juárez, se promulgó una política que restringió la existencia de otras rifas y loterías paralelas a la lotería nacional, con la excepción de una concesión otorgada al gobierno del Estado de México en 1870. Esta concesión tenía como objetivo financiar la construcción del ferrocarril México-Toluca y obligaba a los empleados públicos a adquirir billetes de dicha lotería.

origen de la Lotería Nacional Mexicana Sebastián Lerdo de Tejada

Durante el gobierno juarista, la lotería nacional adquirió un estatus constitucional por primera vez. Tras la muerte de Juárez en 1872, el presidente Sebastián Lerdo de Tejada otorgó permisos para la creación de nuevas loterías, destinando sus fondos a la educación pública a través de la Compañía Lancasteriana, así como a casas de asilo para niños desfavorecidos y al Hospital de San Hipólito.

El origen de la lotería nacional mexicana: el porfiriato

Durante el Porfiriato, la lotería nacional desempeñó un papel fundamental en la financiación de proyectos destacados, como el manicomio de la Castañeda y el kiosco Morisco, que representó a México en la Exposición Internacional de San Luis.

El kiosco Morisco, una estructura desmontable de hierro colado, fue ubicado en la alameda central y sirvió como sede de los sorteos de la lotería hasta 1908. Después, se trasladó a la alameda de Santa María la Ribera, donde permanece en la actualidad.

El origen de la lotería nacional mexicana: el México posrevolucionario

Tras la revolución mexicana, la lotería fue suspendida en 1915 por orden de Venustiano Carranza. No fue hasta el 7 de agosto de 1920 que Adolfo de la Huerta la restableció bajo el nombre de Lotería Nacional para la Beneficencia Pública. En 1925, la lotería nacional se trasladó a una nueva ubicación en Paseo de la Reforma No. 1, marcando la primera vez en México que se utilizó un letrero de gas de neón.

En 1934, la institución se mudó a la antigua tabacalera, en la actualidad, el Museo Nacional de San Carlos. Sin embargo, comenzó la construcción de un edificio específico para la lotería nacional.

Lo que debes saber sobre el pago de premios de la lotería nacional mexicana

Ahora que ya conoces el origen de la lotería nacional mexicana, es importante que conozcas cómo funcionan sus pagos porque lo hace de acuerdo a ciertas reglas establecidas.

En el caso del primer premio (premio principal), si el billete completo o una parte del mismo no ha sido vendido en un sorteo, la lotería distribuirá el importe correspondiente del billete o de la parte no vendida entre los billetes cuyas últimas tres cifras coincidan con las tres últimas cifras del número que obtuvo el primer premio. Es relevante destacar que la lotería no participa en la asignación de este premio.

Las concesiones mencionadas ofrecen oportunidades adicionales a los compradores de billetes de la lotería nacional mexicana. Estas concesiones, junto con la distribución generosa de premios, han contribuido a forjar la sólida reputación de la que disfruta en todo el continente americano.

Cuando el primer premio en un sorteo tiene un billete cuyas dos últimas cifras son 00, los premios relacionados con las 97 aproximaciones se dividen entre los 97 billetes cuyos números están inmediatamente antes de la aproximación anterior al primer premio. En el caso de que las dos últimas cifras del primer premio sean 01, los premios correspondientes a las 97 aproximaciones se distribuyen entre los 97 billetes cuyos números siguen inmediatamente después de la aproximación posterior al primer premio.

Es importante tener en cuenta que los billetes caducan un año después de la fecha del sorteo. Los premios de los billetes de la lotería nacional de México se entregan únicamente al portador del billete correspondiente.

En conclusión, el origen de la lotería nacional mexicana tuvo lugar en 1770 por un decreto real de Carlos III. A lo largo de su historia, ha enfrentado desafíos políticos y ha contribuido a proyectos relevantes. Tras un periodo de suspensión, resurgió en 1920 bajo el nombre Lotería Nacional para la Beneficencia Pública. Los premios se distribuyen siguiendo reglas específicas. Por suerte, desde Lotería en Línea puedes revisar los resultados de las loterías más famosas de México y del mundo entero.

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